¿Cómo le gustaría obtener información detallada 'golpe por golpe' de su cuerpo acumulando gas con el que luego rompería el aire? Si eso suena absurdo (lo hace, no mienta), en realidad no es una compañía de rastreo que se está yendo por la borda con sus rastreadores, esto es en realidad una píldora desarrollada por científicos, con propósitos científicos reales..
Un equipo de investigadores de la RMIT University, Australia, dirigido por Kourosh Kalantar-Zadeh ha creó la píldora ingerible para rastrear la forma en que el cuerpo humano reacciona a diferentes tipos de alimentos y para rastrear los niveles de varios gases dentro del sistema digestivo humano.
El equipo confía en que las lecturas de la píldora pueden ayudarlos a descubrir el funcionamiento del cuerpo humano con más detalle, junto con información sobre los microbios presentes dentro de nuestro tracto digestivo y lo que están haciendo. Además, esta información también puede ayudar a los científicos a determinar qué alimentos tienen más probabilidades de causar problemas digestivos en los pacientes..
En el artículo que el equipo publicó en la revista 'Nature Electronics', los investigadores explicaron en detalle las pruebas que habían realizado hasta ahora. Al parecer, la píldora se probó con seis seres humanos sanos. En su primera prueba, se hizo que los humanos tomaran la píldora, y los investigadores procedieron a rastrear la posición de la píldora con ultrasonido y vincularon cada ubicación con la información del gas que transmitía la píldora..
En la segunda prueba, se obligó a los humanos a tomar dos píldoras, la primera vez mientras seguían una dieta alta en fibra.. Los investigadores observaron que los niveles de oxígeno en el colon de los humanos estaban muy elevados, lo que potencialmente podría destruir las bacterias anaeróbicas que ayudan con el metabolismo.. La píldora tardó 23 horas en salir del cuerpo..
La segunda vez, los humanos fueron sometidos a una dieta baja en fibra. En este escenario, la píldora tardó más de 3 días en salir del cuerpo. En su camino, la píldora permaneció durante 54 horas en el colon, donde informó niveles extremadamente bajos de hidrógeno, lo que implica que no hubo suficiente fermentación, otro problema potencial.
Los investigadores creen (probablemente con razón) que estas píldoras realmente pueden cambiar nuestra comprensión de la digestión humana y ayudar a diagnosticar problemas dentro del tracto digestivo.